El amor familiar no es la conclusión lógica de compartir el ADN, sino algo que nace del roce diario y de compartir cada etapa de la vida, tanto los momentos buenos como los difíciles.
Sin embargo, debido al 
corre-corre moderno –el trabajo, la escuela, las obligaciones– a veces los padres y los hijos se “desconectan” y dejan de compartir juntos. Para crear lazos fuertes y duraderos, la familia debe compartir, y no solo en ocasiones especiales como son los cumpleaños y la Navidad.
Instituto Gandhi recomienda cinco maneras de pasarla bien con tu núcleo y fortalecer los lazos de amor y comprensión. “Lazos Familiares”
1.-Cenen en familia. Aunque el hijo esté en las prácticas de fútbol o papá esté adelantando trabajo en la oficina háganse el propósito de cenar juntos la mayor cantidad de veces posible a la semana. Durante ese tiempo queda prohibido el uso del celular, la tableta o cualquier otro aparato electrónico. Este es un momento para conversar y “tocar base” los unos con los otros. Cuéntense cómo les fue en el día, hablen de sus proyectos o comenten las noticias… pero ¡ojo! Nunca utilicen este rato especial para criticar, regañar o pelear.
2.-Hagan una “cita familiar” semanal. Hagan planes para una vez a la semana ir al cine o a comer a un restaurante; asistan a un concierto o a un evento deportivo. Visitar un museo, al zoológico o a un parque de recreo, no solo es divertido, sino que crea “historia” y momentos inolvidables que ayudan a unirlos más.
3.-¡Jueguen! Una noche de relajo, de juegos de mesa, puede ser estimulante y súper divertida. No olvides que pocas cosas unen más a las personas que compartir una buena carcajada. Si prefieren pasarla bien fuera de casa, un sitio donde jugar bolos o patinar sobre hielo, o hacer algo diferente pero en familia.
4.-Hagan un árbol genealógico. Muchas veces las familias se comunican solo en plan utilitario: qué tiene que hacer quién, dónde están las llaves del auto o qué hará para la cena. Algunas incluso no lo hacen en persona, sino a través de mensajes de texto por el celular o de notas pegadas en el refrigerador. Pero conversar –conocer la historia personal de los miembros de la familia– es fundamental para crear lazos de respeto, amor y comprensión. Hacer un árbol genealógico los obliga a conocerse mejor, ya que tienen que buscar y compartir información de sus antepasados y de su historia familiar. Esto, inevitablemente, general el diálogo intergeneracional y una mayor compenetración. Pueden hacerlo en la internet o usando los álbumes de fotos familiares y la memoria de los abuelos. Algunos jóvenes incluso graban la “historia oral” de sus mayores para sus hijos y nietos en el futuro.
5.-No tengan experiencias “pasivas”. Toda experiencia puede ser un trampolín para el diálogo y una manera de conocerse mejor. Por ejemplo: Si van al cine, no se limiten simplemente a ver la película y luego a viajar de regreso a casa en el auto en total silencio. Comenten la película, háganse preguntas sobre la trama, expresen por qué les gustó o qué hubieran hecho mejor. Respeten la opinión de cada cual y vean esta crítica como una forma de enriquecer la experiencia compartida. Si los hijos son pequeños, y esta práctica no se aplica, otra buena forma de “conectar” con ellos a nivel emocional es leyéndoles cuentos antes de dormir y, de acuerdo con su edad, comentar la trama.
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